Escenas de ciclistas saltándose semáforos en rojo continúan siendo frecuentes en nuestras ciudades, pero la ley es clara a este respecto.
"El art. 146 del RG de Circulación nos dice que: El significado de sus luces y flechas es el siguiente:
Una luz roja no intermitente prohíbe el paso.
Mientras permanece encendida, los vehículos no deben rebasar el semáforo ni, si existe, la línea de detención anterior más próxima a aquel. Si el semáforo estuviese dentro o al lado opuesto de una intersección, los vehículos no deben internarse en esta ni, si existe, rebasar la línea de detención situada antes de aquella".
Cada vez vemos más bicicletas, afortunadamente, en nuestras ciudades y no como elemento recreativo, sino como medio de transporte.
Muchas ciudades han reordenado el tráfico (o por lo menos lo han intentado) para dar cabida a la bicicleta dentro del tráfico rodado de los vehículos con motor. Se han adaptado algunas señales para hacerlas más visibles para los conductores de estos vehículos de dos ruedas, se han reservado carriles para las bicicletas, otros se han hecho compartidos, se han habilitado lugares para el estacionamiento de los ciclos, es decir, en definitiva sí se observa un esfuerzo urbanístico para mejorar el uso compartido de la vía, incluyendo a las bicicletas como medio de transporte.
Ahora bien, queda mucho por hacer, ya que no hay solo que parchear las ciudades, sino diseñarlas desde un inicio incluyendo todas las opciones de transporte, ya que cuanto más multimodal es la opción de transporte, más se evita que determinados conductores crean que esta calzada es sólo para su tipo de vehículo y excluyan a las bicis por este absurdo motivo.
Queda mucho por hacer pero, ¡cuidado! los conductores de bicicletas también tienen una gran parte de la responsabilidad de generar seguridad y respeto hacia otros conductores que frecuentan la vía. En este caso nos vamos a centrar en qué ocurre con los semáforos para vehículos: ¿por qué es tan fácil esperar unos minutos en una intersección con semáforo en rojo y comprobar que siempre hay algún ciclista urbano que no lo respeta? Eso sí, pasa con cuidado, mira a ambos lados, etc., pero, con la ley en la mano, no respeta la luz roja del semáforo.
Como decimos, no hay que esperar mucho para observar este comportamiento, lo que nos lleva a pensar: ¿sabe que tiene que detenerse?, ¿cree que por ir en bici no está obligado a respetar el semáforo en rojo? Lo más preocupante es si sabe que debe detenerse y decide no hacerlo; entonces el problema sería otro, pero igual de grave.
¿Quizá piensa que el semáforo rojo no va dirigido hacia él? En el comienzo del artículo hemos indicado lo que el RG de Circulación dice al respecto y la respuesta es contundente: sí le afecta.
Pongamos que somos peatones que cruzamos la calle, que vamos algo distraídos, pero vemos levantando la vista que tenemos nuestro semáforo para peatones en verde y comenzamos a cruzar y ¡vaya!, una bicicleta pasa por delante nuestro. El enfado, aunque no nos tire al suelo o nos golpee sería lógico. Este es solo un ejemplo para dejar constancia que es responsabilidad de todos los usuarios de la vía respetar las normas y señales, ya que cuando algún grupo de usuarios no lo hace genera una falta de seguridad manifiesta y, lo peor de todo, también de respeto y crispación por parte de los demás hacia quien comete la infracción.
Roberto Ramos
Auditor de Seguridad y Movilidad de Fundación CNAE
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