02 DE JUNIO DE 2021
Seguimos dando visibilidad a la modalidad de BMX Free Style con los pilotos más destacados que tenemos en nuestra región. Hoy es el turno de Miguel Tardío González, que no estará en los Europeos de Bochum (Alemania), como es el caso de Varo Hernández y de Alberto Moya, pero sí tomará parte con la Selección Nacional en los Campeonatos del Mundo de Montpellier (Francia) del 6 al 8 de Junio.
Miguel tiene 31 años al igual que Moya, siendo también natural de Madrid. No pertenece a ningún club a pesar de competir en la máxima categoría, la elite, pero eso no le ha impedido tener un buen palmarés en la modalidad de flatland. Fue 3º en los Campeonatos de España de 2019 y sabe lo que es subir a lo más alto en el Majdam Contest (2013), Mula Fest (2013), Flatland Expressions (2013) o Suzuki BMX Masters (2007). A continuación le podemos conocer más.
1. ¿Cómo definirías el BMX Freestyle, tanto el park como el flatland, y cómo llegaste a competir en esta disciplina?
Para mí el BMX Freestyle es una modalidad de ciclismo extremo consistente en realizar acrobacias de forma libre con una bicicleta de 20 pulgadas. Para hablar de mi entrada en el Freestyle quizás haya que hablar primero de mi contacto con el ciclismo en general. Mi familia siempre ha sido aficionada a este deporte. Recuerdo toda mi infancia en los pedales, ya sea en mi pueblo de Extremadura, en un club ciclista de La Cabrera o simplemente saliendo a dar pedales con mi padre, mi madre y mi hermano. Sin embargo, mi primer contacto real con el flatland ocurrió casualmente a los 14 años, cuando vi por primera vez a un grupo de chavales hacer sus acrobacias al Paseo de Coches del Retiro (Madrid). ¡Quedé fascinado desde el primer día! ¡Yo tenía que conseguir hacer eso! Tanto es así que comencé a ahorrar como una hormiguita para que en Septiembre del 2014 comprara mi primera bici “decente”, eso pensaba. Sin darme casi cuenta, estaba comenzando a hacer flatland. A pesar de no tener un espíritu demasiado competitivo, al año de empezar a montar ya conseguía realizar un par de rondas y pude competir en mi primer evento en categoría open: Fiambre Jam 2005 (Burgos).
2. ¿Qué opinión crees que en España se tiene de esta modalidad deportiva, del aficionado de a pie? ¿Crees que la gente no lo considera un deporte “serio”, sino más bien un juego de chicos/as callejeros/as que no de deportistas?
Por desgracia creo que en España este deporte es el gran desconocido. El aficionado a pie lo es, pero sin saberlo. Puede ser un hombre andando por la calle que te dice “eres un crack y deberías estar en el circo”, una señora que te levanta el pulgar hacia arriba en señal de admiración o un niño pequeño que dice: “¡Uola! ¿cómo lo haces?”. Cuando el nivel es alto, los eventos se llenan de público y admiradores temporales que aplauden e incluso te piden fotos, aunque no sepan ni cómo se llama el deporte.
No obstante, como dice el refrán: “Para gustos…”. Los estereotipos existen y algunas personas lejos de sentirse afortunados por tener deportistas distintos cerca, te consideran un gamberro más, traduciéndose en comentarios cómo: “aquí no se puede estar” o “voy a llamar a la policía”. Muchos piensan que eres un “nini” y no se imaginan que eres un psicólogo especializado que dedica las fuerzas que le quedan a poder entrenar. Es una lucha constante ser capaz de encontrar un lugar donde poder practicar. Trabajar a jornada completa, el cansancio, hacer un largo desplazamiento hasta una plaza, frio o calor extremo, contrarreloj porque anochece pronto… El esfuerzo se puede ver truncado porque a alguien le parezca que lo que haces no es adecuado. Afortunadamente la pasión al deporte es más fuerte y nada nos detiene.
3. Tu valoración actual del BMX Freestyle, tanto en el ámbito mundial como en nuestro país. El park es olímpico y el flatland está a la espera de poder serlo. ¿Qué futuro crees que tienen ambas?
Vivimos en un mundo en el que el libre mercado impone sus preceptos. El BMX Freestyle no es una excepción, respondiendo a la ley de la oferta y la demanda. Los que apostamos por el flatland estamos acostumbrados al agravio comparativo. Son pocas las competiciones de BMX que incluyen flatland y cuando lo hacen, las condiciones suelen ser peores en cuanto a instalaciones, personal dedicado, facilidades para los riders, premios y apoyo en general. No incluir el flatland todavía en las Olimpiadas quizás sea un agravio más, aunque creo que lo terminarán admitiendo por su gran calidad deportiva y belleza. Creo que en el futuro el BMX Freestyle se convertirá en un deporte de masas, igual que el skate, que es apasionante.
4. Vuestras aspiraciones en los Mundiales de Montpellier. ¿Cuáles son vuestros objetivos y qué esperáis de ellos?
Mi principal objetivo en el mundial de Montpellier es ser capaz de disfrutar de la experiencia, saborear cada momento allí y pasarlo en grande. Sería un error para mí tener otra expectativa que no fuera la intentar dar lo mejor de mí y disfrutar. Nunca me he tomado mi pasión como una obligación y creo que ha sido lo que ha hecho que mejorara. Como todos los participantes, me gustaría poder demostrar todo lo que tengo dentro, pero en tres minutos no definen a nadie. ¡Espíritu deportivo siempre y que gane el que mejor lo haga!
5. Tema patrocinadores. ¿Cómo los conseguís y cuáles tenéis? ¿Cómo son los entrenamientos?
Creo que tenemos que ser sinceros. A veces con los amigos bromeamos sobre que nuestro patrocinador es “Mibol”, refiriéndonos a nuestro bolsillo, que es el que habitualmente sustenta nuestro material y viajes. Bromas aparte, todos tenemos o hemos tenido sponsors que nos apoyan con algo de material. Por ejemplo, la tienda Action Wheels siempre ha tratado de ponernos las cosas más fáciles en cuanto a precios. Sin embargo, a veces el mejor apoyo es de los seres queridos y amigos, ya que lamentablemente son muy pocos los riders de flatland que cuentan con un apoyo económico, incluso si estás en el top 20 mundial. Además, en un mundo cada vez más superficial y centrado en el consumo, habitualmente se da más importancia a la imagen que puedas crear, aunque sea falsa, que a tus destrezas deportivas.
A la falta de apoyo económico se suma la inexistencia de espacios adecuados de entrenamiento. Estamos acostumbrados a desplazamientos largos, pasar frio o calor extremo, suelos inadecuados, falta de iluminación, y a tener que hablar con personal de seguridad o autoridades oficiales porque estás en el sitio incorrecto. Quizás todos estos motivos hagan que el flatland siga siendo un deporte minoritario para gente constante, cabezota, que tolere el sufrimiento, pero sobre todo que sienta verdadera pasión. El creciente interés de las federaciones de ciclismo en nuestro deporte creo que puede suponer un punto de inflexión. ¡No perdemos la esperanza en el futuro y seguimos luchando!
Fotos FMC, Alberto Moya y Miguel Tardío
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