El verano es una época en la que muchos ciclistas aparcan sus salidas por distintos motivos: vacaciones, familia... En este artículo abordamos ese descanso estival y cómo retomar la rutina adecuadamente.
¿Te has tomado un descanso veraniego y tienes que comenzar de nuevo? Son muchos los que aprovechamos el verano para ese descanso anual de entrenamientos y rutinas. Bien por decisión propia de disfrutar el verano olvidándonos de esta rutina diaria, bien por el cuidado de los hijos, cierre del club, falta de competición…
Desde los deportistas profesionales hasta los simples aficionados, todos son merecedores de un descanso anual. Desconectar completamente de esas obligaciones en las que nos sumergimos durante el año. El deporte, así como el trabajo, puede llevarnos a situaciones de estrés, ansiedad, fruto bien de la competición, bien de las propias exigencias que nos marcamos o simplemente de cuadrar en el día a día ese hueco necesario para convivir con las labores diarias que cada uno tiene.
Cuando se habla de descanso, se habla también de los beneficios que tiene sobre nuestro rendimiento. Sí, has leído bien, sobre el rendimiento.
Para unos el descanso es parar totalmente de hacer deporte, o bien los hay que siguen esporádicamente practicándolo o cambian de deporte. Al final cada uno tiene unas necesidades y así las gestiona. Lo importante es sentir ese descanso tanto físicamente como psicológicamente, bajar tanto intensidad como disminuir notablemente el número de sesiones.
Aún hoy en día vemos a personas que piensan que no parar y descansar les hará llegar más lejos y hay un tremendo error hay en este supuesto. Las tres patas importantes del rendimiento son: entrenamiento (volumen, intensidad, frecuencia, densidad…) nutrición y el descanso. Sea cual sea el deporte.
Los efectos del descanso veraniego suelen ser conocidos: ganancia de peso, pérdida de rendimiento físico… pero son tan grandes y necesarios los beneficios del descanso que hasta eso no es un impedimento para parar.
Eso sí, debemos de ser firmes en el regreso y no prolongar más de lo justo y necesario este descanso.
Para tener unas pautas de cara al regreso necesitamos doble dosis de motivación, marcarnos objetivos reales y progresivos, es decir, planificar nuestra temporada de manera progresiva, donde nuestro objetivo final esté identificado a largo plazo y podamos poner pequeños objetivos o metas de logro a corto y medio plazo hasta poder llegar al objetivo final.
Dentro de esa planificación existe también el descanso activo, el cual consiste en hacer ejercicio a una baja intensidad y corta duración; y el descanso pasivo: aquel en el que dejas de hacer cualquier tipo de ejercicio o entrenamiento y aprovechas para esta sentado, leer, jugar a la videoconsola o cualquier otra actividad que no requiera esfuerzo físico.
Por tanto, quédate con esto:
· Busca un objetivo
· Llénate de motivación para conseguirlo
· Ponte en camino del objetivo final marcando también pequeños logros alcanzables.
· Entrena, come y descansa en las proporciones adecuadas
· Un preparador físico te llevará correctamente a aprovechar hasta los descansos.
· Y lo primordial…. ¡Muchas ganas!
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